JAUNE

M. D.: Paula nació en Marsella, yo en Aix-en-Provence. Nuestras raíces son mediterráneas... Es donde crecimos, donde recargamos las pilas y a donde sin duda volveremos.

P. A. T.: ¡Por supuesto! Y además muy importante. Marine trabajó en Studio KO y yo en la agencia de Joseph Dirand. De aquella época conservo un cierto rigor en la organización de nuestro trabajo, la búsqueda de nuestro espacio...

M. D.: Por mi parte, en París aprendí a crear a escala humana, de forma concreta, más allá de las grandes teorías: dibujar hasta el más mínimo detalle, buscar materiales precisos... Adquirir habilidades útiles para imaginar hoteles y pisos privados, de París a La Paz, pasando por Lourmarin.

M. D.: La autenticidad nos guía. Lo que hacemos debe estar en harmonía con el entorno. En el caso de Le Moulin, su ubicación en el corazón del pueblo obligaba a abrirlo para darle aún más calidez y confort. Al retomar los códigos de una casa de vacaciones del sur, hemos apostado más por el estilo doméstico que por el hostelero.

P. A. T.: En esta búsqueda de la verdad, los materiales marcan la pauta. En Le Moulin, dada la herencia arquitectónica mediterránea, la piedra, el yeso, la paja y la loza se impusieron. Sus vibraciones, su tacto, habitan los espacios desnudos, con sus colores a menudo apagados. Son como partes de una misma alma.